La documentación es una actividad esencial que se realiza en cualquier ámbito que requiera la captura, registro y conservación de información. Desde la antigüedad, los seres humanos han utilizado diversos medios para documentar la realidad que les rodea, lo que ha llevado a la creación de normas y prácticas específicas para su elaboración y organización.
Desde la época de las civilizaciones antiguas, la documentación ha sido un medio fundamental para la transmisión y el registro del conocimiento. Los egipcios, por ejemplo, utilizaban jeroglíficos para registrar eventos, taxonomías y asuntos de carácter religioso. Los griegos, por otro lado, utilizaban la escritura para registrar sus logros intelectuales y científicos.
En la antigua Roma, por su parte, la documentación tenía un carácter más jurídico y administrativo. Los romanos desarrollaron una elaborada técnica de registro y organización de documentos oficiales, utilizando sellos de cera y tinta sobre tablones encerados, con el fin de garantizar la autenticidad y la autoría del documento.
Con la llegada de la Edad Media, la documentación adquirió un carácter más religioso y monástico. Los monjes copistas se convirtieron en los principales responsables de la elaboración y conservación de documentos, dedicando gran parte de su vida a esta labor. Los manuscritos copiados en los scriptoria de los monasterios eran considerados verdaderas obras de arte, y se les daba gran valor y cuidado.
En el Renacimiento, la documentación empezó a centrarse en el registro y estudio de las artes y las ciencias. Las técnicas de impresión de libros, desarrolladas por Johannes Gutenberg en el siglo XV, permitieron la producción en masa de obras literarias y científicas, lo que fomentó el avance del conocimiento en Europa. La documentación en esta época se centró en la precisión y el rigor científico.
En la era moderna, la documentación ha evolucionado a medida que la tecnología se ha ido desarrollando. A partir del siglo XIX, la invención de la fotografía y la posterior llegada del cine y la televisión cambiaron radicalmente la forma en que se registraba la realidad. Además, la llegada de la era digital ha llevado a una transformación de la documentación, permitiendo el acceso a grandes cantidades de información y la facilidad para su almacenamiento, organización y distribución.
En la actualidad, las normas de documentación han evolucionado para adaptarse a las nuevas tecnologías. Existen estándares específicos para la elaboración de documentos digitales y para su almacenamiento y conservación a largo plazo. Además, la importancia de la documentación en el ámbito empresarial y administrativo ha llevado a una mayor especialización en la formación y el desempeño de los profesionales de la documentación.
La evolución de las normas de documentación a lo largo del tiempo ha sido una consecuencia natural de la evolución de la sociedad y la tecnología. La documentación se ha adaptado a las necesidades de cada época y ha evolucionado en paralelo a la forma en que se ha registrado la realidad. Hoy en día, las nuevas tecnologías han permitido una mayor eficacia y eficiencia en la documentación, lo que ha llevado a una mayor importancia en cualquier ámbito que requiera el registro y conservación de información.