Precauciones para la conservación de manuscritos y pergamino

Normas y estándares de documentación

Precauciones para la conservación de manuscritos y pergamino

La conservación de documentos antiguos es una tarea crucial para garantizar su supervivencia a largo plazo. En el caso de manuscritos y pergaminos, se trata de documentos especialmente valiosos que requieren de ciertas precauciones para su preservación. En este artículo, vamos a detallar algunas de las medidas que se deben tomar para conservar estos documentos en las mejores condiciones posibles.

Elegir el lugar adecuado

Lo primero que se debe hacer es elegir un lugar adecuado para guardar los manuscritos y pergaminos. El lugar debe estar protegido de la luz, la humedad, las variaciones de temperatura y las plagas, como los insectos. Idealmente, el lugar elegido debe ser una sala de almacenamiento dedicada específicamente a la conservación de documentos antiguos.

Controlar la humedad

El control de la humedad es crucial para evitar que los manuscritos y pergaminos se deterioren. La humedad puede hacer que el papel se vuelva amarillo y que las tintas se desvanezcan. Además, la humedad puede favorecer el crecimiento de moho y hongos en los documentos.

La humedad relativa (HR) ideal para la conservación de documentos es del 50%. Para garantizar este nivel de humedad, se debe mantener una temperatura constante en la sala de almacenamiento y utilizar dispositivos de control de la humedad, como deshumidificadores. También se pueden utilizar materiales desecantes, como el sílice gel, para absorber la humedad del ambiente.

Controlar la temperatura

La temperatura es otro factor importante en la conservación de documentos antiguos. Las variaciones de temperatura pueden provocar la expansión y contracción del papel, lo que puede dañar los documentos a largo plazo. Además, las temperaturas extremas pueden acelerar la degradación química del papel y las tintas.

La temperatura ideal para la conservación de documentos es de 18 a 20 grados Celsius. Es importante mantener una temperatura constante en la sala de almacenamiento para evitar fluctuaciones que puedan dañar los documentos. Se deben evitar las temperaturas extremas, tanto altas como bajas.

Proteger de la luz

La luz es uno de los principales enemigos de los documentos antiguos. La luz ultravioleta (UV) puede dañar las tintas y el papel, provocando su deterioro a largo plazo. Por esta razón, se deben almacenar los documentos en una sala oscura o equipar las ventanas con filtros UV para reducir la exposición al sol.

Además, se deben evitar las lámparas de halógeno y las bombillas fluorescentes, ya que emiten una alta cantidad de rayos UV. En su lugar, se deben utilizar lámparas LED de baja intensidad o lámparas incandescentes cubiertas con papel de seda para reducir la emisión de rayos UV.

Manipulación adecuada

La manipulación adecuada es crucial para evitar la degradación mecánica de los documentos. Se debe evitar tocar los documentos con las manos desnudas, ya que los aceites y la suciedad de las manos pueden dañar el papel y las tintas. En su lugar, se deben utilizar guantes de algodón blanco para manipular los documentos.

También se debe evitar doblar o arrugar los documentos y se deben almacenar en carpetas y cajas de archivo diseñadas específicamente para la conservación de documentos. Las carpetas y cajas deben ser de calidad y libres de ácido para evitar la degradación química de los documentos.

Plagas y agentes de degradación

Las plagas, como los insectos y los roedores, pueden dañar los documentos de manera irreparable, por lo que se deben tomar medidas para evitar su aparición. Se deben revisar regularmente los documentos para detectar la presencia de plagas y se deben utilizar productos específicos para su eliminación.

Los agentes de degradación, como el ácido y la lignina, pueden acelerar la degradación de los documentos. Por esta razón, se deben utilizar materiales libres de ácido y de lignina para la conservación de los documentos. También se deben limitar el uso de adhesivos y cintas adhesivas en la reparación de documentos, ya que estos materiales pueden dañar el papel y las tintas.

Conclusión

La conservación de manuscritos y pergaminos es una tarea crucial para garantizar su supervivencia a largo plazo. Para lograr una conservación adecuada, se deben tomar medidas para controlar la humedad y la temperatura, proteger los documentos de la luz, manipularlos adecuadamente y evitar la aparición de plagas y agentes de degradación.

La conservación de documentos antiguos requiere de un enfoque multidisciplinario que involucra a profesionales de diferentes áreas. Si se siguen las precauciones adecuadas, se pueden preservar estos valiosos documentos para las generaciones futuras.